HUMANISMO EN EL CIBERESPACIO (RELOADED)
“La humanidad se enfrenta hoy al
choque digital que invade toda su actividad, una revolución fascinante que, sin embargo, a menudo
está acompañada por un regreso al pensamiento mágico. Ante ello, es vital
desarrollar una conciencia crítica y repasar los fundamentos del humanismo, para que el hombre, como centro del
sistema, pueda manejar su destino conforme a ideas y valores”. La
frase es de Hervé Fischer, un sociólogo, escritor, artista y
filósofo francocanadiense, que no se deja encorsetar por ninguna de
esas etiquetas y cuyo método de estudio consiste en desplazarse constantemente entre el arte, la
ciencia y la tecnología. Considerado uno de los más destacados
especialistas en nuevas tecnologías a nivel mundial, Fischer
preside la Federación
Internacional de Asociaciones de Multimedia, y días atrás visitó
Rosario invitado por el Centro de Estudios Canadienses de dicha
ciudad santafesina. Entre otras actividades, Fischer participó de
un encuentro con docentes y alumnos del Laboratorio de Producción
Multimedia (Medialab) del Postítulo en Periodismo y
Comunicación de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).
Entusiasmado con la propuesta académica del Medialab –similar a
la que él desarrolla en Québec, y que se denomina Hexagram–, visitó
la cibercátedra rosarina a la que calificó de "novedosa" y "muy
importante". En la ocasión, el escritor francocanadiense se
refirió a los desafíos que, según su entender, plantea el
cibermundo. “En este comienzo de milenio hay un
pensamiento mágico de los gurúes norteamericanos que afirman que la tecnología numérica por sí sola va a solucionar
todos los males del planeta. Sostienen que lo digital va a traer
armonía, igualdad, desarrollo, inteligencia artificial. Sin embargo,
los conflictos de poder y todo lo que deviene de la realidad social
no se cambia rápidamente con tecnología. Al poder lo usa sólo el que
lo tiene, y la utopía no es tecnológica, es política”, afirma
Fischer, de 62 años. En ese marco, el pensador considera que la
globalización es más un sueño de los “businessman” –hombres de
negocios– que una realidad. “La
globalización es valiosa si implica la posibilidad de diálogo,
de un intercambio entre culturas diferentes que se respeten y sean
interdependientes en el sentido positivo. Pero, si se reduce a un
problema de imperios y dominación, me parece horrible”, dispara el escritor, quien vive en la
ciudad canadiense de Québec desde comienzo de los años 80.
Ubicado en las antípodas del
pensamiento del norteamericano Nicholas Negroponte, el gran gurú de la tecnología
de las comunicaciones –que profetizó sobre los cambios que provocará
en el mundo el uso extendido de la computadora ligado a la web–,
para Fischer el primitivismo que parece asolar los albores del
tercer milenio es tanto moda como certeza. “Estamos desarrollando
un simulacro de la realidad, un mundo virtual paralelo, que nos fascina, porque
permite soñar que podemos lograr lo que deseamos. No tiene materia,
es fluido y nos atrae por la falta de resistencia”,
ejemplifica. Para Fischer, el hombre inmerso en ese ciberespacio
tiene un “poder mágico” para comunicarse a distancia,
comprar y vender, o emprender aventuras amorosas, entre otras cosas.
“Y aunque también hay cibercriminalidad, muchos lo ven como un auténtico
paraíso: un colorido espacio de seducción y felicidad, frente a la
vida real que nos hace sufrir mucho y es dolor, resistencia, lucha,
y muerte”, considera. Y añade que, sumido en una dialéctica de dos
mundos –uno difícil y otro fácil–, el hombre, frustrado en la vida
real, se siente poderoso en el ciberespacio. “Yo digo que el
ciberespacio es un psicotrópico, una droga que produce euforia y sentimiento de
poder. Pero, al mismo tiempo, refleja al mundo real, y por eso, allí
encontramos también pornografía, explotación del ser humano, criminalidad, como en la realidad”, describe.
Frente a eso, Fischer se plantea una
pregunta que fue el eje de uno de sus libros, El choque digital (VLB Ediciones, 2001):
“¿Asistiremos, sin espíritu crítico, al triunfo de los
ciberprimitivos?” “El choque digital será tan decisivo para la
aventura humana como lo fueron la edad del fuego o la edad de
piedra. Por eso, es urgente que repasemos los fundamentos del humanismo para manejar nuestro destino”, señala.
Ese carácter bifronte y paradojal de la evolución del actual
mundo cibernumérico está regido, según Fischer, por una serie de
leyes. Entre ellas, se encuentran la que sostiene que las
tecnologías numéricas evolucionan más rápido que nuestras ideas;
otra que habla de un cibermundo “apolítico y asocial” pero que
termina dando legitimidad a la nueva clase media que genera una
nueva ideología dominante; una que destaca que cuanto más parece
imponerse la convergencia numérica, más redescubrimos la
especificidad irreductible de los medios y sus usos sociales que los
distribuyen; y la que remarca que la proliferación de lo virtual
genera más caos y delincuencia en el mundo real. Además, otra de
las leyes indica que la ciberpedagogía, que se anuncia más económica y
eficaz, de hecho cuesta más cara y destruye las bases de la
pedagogía tradicional. “En la pedagogía tradicional, están
instaladas las ideas de disciplina, autoridad y esfuerzo. Por el
contrario en la pantalla están las ideas de velocidad, distracción y
juego”, expresa.
Así las cosas, el escritor plantea que
el desafío es utilizar la computadora para lograr que la educación sea más atractiva. Y subraya que se
debe trabajar para elaborar contenidos educativos interactivos, que
logren captar el interés de los chicos, como lo hacen los populares
juegos en red, aunque éstos por lo general apelan a la violencia
y al individualismo. “La computadora es muy interesante
–apunta Fischer–, pero también se debe enseñar a descubrir la virtud
del libro. La web y el libro son dos mundos diferentes, y la
primera no va a reemplazar al segundo. Así como la
televisión no sustituyó al cine, ni la fotografía a la
pintura”. Por otra parte, hace notar que, en la actualidad, la tecnociencia se desarrolla en el ciberespacio, ya
que toda la interpretación del mundo desde el punto de vista científico es digital. “En el siglo de la hiperinformación, hay mucha más información en el
mundo virtual que en el real, lo que lleva a una desvalorización del
realismo”, expresa. En ese contexto, y mientras algunos gurúes
hablan de post-humanismo, Fischer recalca que la tecnología no es mala ni buena en sí misma, sino que depende
de lo que haga con ella el ser humano. “Hay que volver a colocar
al hombre como centro del sistema, y repasar los fundamentos del
humanismo, construyendo nuestro pensamiento a partir de valores como
la solidaridad y la interdependencia. Hoy el gran problema es la
distancia entre la conciencia del hombre y el desarrollo de la
tecnología”, considera. Y finaliza: “No obstante soy optimista,
pero debemos desarrollar una conciencia crítica sobre los peligros
que enfrentamos. La creatividad y el conocimiento son el principal
capital con el que la humanidad construirá su futuro”.
Lo que sigue es el pensamiento de Hervé Fischer sobre algunos
temas de interés para docentes y alumnos del Medialab.
La explosión de los cibercafés criollos
En agosto último, Fischer recorrió el
centro y el noroeste de la Argentina, desde Córdoba a Humahuaca,
transitando incluso por caminos de tierra, y confiesa que ese viaje
le deparó una sorpresa. “Fueron dos semanas espléndidas,
pero me sorprendió muchísimo encontrar en cada esquina de cada
ciudad de Jujuy, Salta, Tucumán, o en pueblos remotos del interior
de esas provincias, numerosos cibercafés llenos de jóvenes, donde se
paga solamente un peso la hora de conexión a la red. Si me voy a
Nueva York, Londres, París, Toronto o Montreal ya no hay más
cibercafés. En el 95 fundé el primer ciber de Canadá, en Montreal, y
fue una locura increíble, pero ahora sólo concurren a él los
turistas que necesitan visitar su cuenta de correo electrónico. Y en
los pocos que quedan, se pagan cinco dólares o cinco euros la hora
de conexión”, resalta. No obstante, admite que ese fenómeno de la
proliferación de cibercafés en la Argentina está directamente
vinculado con la falta de acceso a una computadora (y por ende
también a la conexión a la red) en los hogares. “Claro, en Canadá el 95 por ciento
de la población tiene una PC en su hogar. Hace dos o tres años, el
gobierno promocionó la compra de computadoras y un año de conexión
gratuita. Se requiere de una toma de conciencia por parte de las
autoridades para impulsar una política como esta. Para –el
presidente argentino Néstor– Kirchner sería una muy buena idea, pero
también él tiene que tomar conciencia de la importancia de diseñar
una política respecto de lo digital. En Québec el gobierno tomó la
decisión de ayudar a las Pymes a desarrollar contenidos, y a las
familias a acceder a la informática”, explica.
Un vecino complicado
Sin embargo, no todo es color de rosa
en su patria adoptiva, Canadá, ya que deben lidiar con un vecino
conflictivo: el gran país del norte. “No es una situación de
equilibrio, es una situación de un vecino, Estados Unidos, que tiene
demasiado poder y que intenta vendernos de todo, no solamente Coca
cola sino también los contenidos, y estamos luchando para
desarrollar contenidos canadienses. La mayoría de los canadienses
habla inglés, y recibe todos los programas de TV, películas, libros
estadounidenses en inglés. Es decir que Estados Unidos penetra muy
fácilmente en Canadá con el inglés. Para nosotros en Québec es
difícil y fácil a la vez. Es difícil porque somos una minoría que
habla francés –siete millones de habitantes en una América del Norte
muy poderosa que habla inglés– y entonces siempre luchamos para
defender nuestra lengua, nuestra identidad. Una lucha de siglos.
Pero al mismo tiempo, tenemos una cultura latina, y eso nos ayuda a
protegernos del imperialismo estadounidense y de su invasión de
contenidos”, considera. Fischer cuenta, a modo de ejemplo, que en
Québec existen unas 200 editoriales, y casi 500 grupos de teatro.
“Hay mucha iniciativa para nuestra vida cultural, y estamos en una
provincia con la dinámica más fuerte en el campo cultural, no
solamente con Celine Dion.... hay mucho más”, sostiene. “Por
eso, tenemos que desarrollar una cultura quebequense y canadiense on
line. Intentamos desarrollar un espacio cultural digital y lo más
difícil son los contenidos, que es lo que tiene valor. El gran
desafío es la formación de los profesores, y desarrollar la cyberpedagogía. Pare eso se necesita dinero,
tiempo y más personas, también en las escuelas privadas”,
remarca.
El libro digital
"Cuando terminé mi primer libro digital, no fui a la editorial, me quedé
sobre el teclado y lo puse on line, sin tener que escuchar la
opinión de la editorial. En un minuto estaba listo para que la gente
lo conociera, y hasta podía corregir o agregar algo cada día.
Luego, comencé a recibir muchos comentarios –de un libro impreso
nadie te envía un cometario–. Sin embargo, la prensa escrita no
hizo ninguna referencia a mi libro on line, ¿por qué? Porque es malo, esa puede
ser una razón, la otra es que los periodistas que comentaban los
libros reciben cada día muchos y no pueden leer todo. Pero, la
verdad es que en la pantalla no se lee, se salta, se hacen vínculos
pero no se lee de manera lineal como en un texto de libro. Yo
descubrí que muy poca gente había leído el libro totalmente. Eso
me produjo una frustración. Por eso, el análisis de Mc Luhan que dice “tenemos los viejos contenidos
en los nuevos medios”, funciona mal”.
La fractura digital
"La problemática de la
fractura digital es una situación que se olvida, pero hay un 93
por ciento de la población mundial que no tiene ningún acceso a Internet. Se sabe que hay más
teléfonos en Manhattan que en toda África. Al mismo tiempo, con
algunas excepciones en el sur de África, o Senegal, que tiene fibra
óptica, hay un problema de acceso a Internet que es terrible porque
se necesita tanto tiempo para conectarse, la conexión local es
deficiente y de banda ancha ni se habla. Entonces se podría utilizar
la tecnología digital para acceder al desarrollo para ayudar a la
política de Salud Pública, de Educación, etc. En Diciembre asistiré
en Ginebra a una cumbre mundial que precisamente va a tratar esos
problemas: cómo utilizar las nuevas tecnologías digitales para ayudar a países pobres. Pero, no solamente
hay una fractura digital entre ricos y pobres, también hay una fractura digital entre los más viejos y los
más jóvenes, el choque del futuro, también es una fractura en el
campo de la ciencia. La ciencia depende totalmente de las
tecnologías digitales, si no tiene el poder técnico digital en el
laboratorio, los investigadores no pueden seguir su investigación
como lo hacen ene el Norte, hay efectos perversos de la fractura
digital que son terribles. Pero también se dice que hay 1.200
millones de personas que no tienen ningún acceso a leer y a
escribir. En cinco siglos no se pudo lograr la alfabetización con el
libro. Se necesita educación que es más importante. Gutemberg
inventó la falta de alfabetización y se produjo una fractura de la
civilización del libro que es enorme y que continúa. De nuevo hay
una fractura tecnológica, el «carozo» es la tecnología. Aquí se
encuentran muchos cafés electrónicos pero el récord Guinnes lo tiene
Jordania en su tercera ciudad. Está lleno de jóvenes, estudiantes,
que buscan educación, pornografía, en definitiva, la Libertad. Yo creo que en
muchos países con la llegada de las nuevas generaciones la
alfabetización digital se va a desarrollar más rápidamente que la
imprenta. Se supone que soy un optimista, pero es un factor de
libertad, de democracia, pero al mismo tiempo los que navegan en
esos países encuentran contenidos de afuera, del extranjero. Por
todo ello, la fractura digital es real, y difícil".
El periodista en la era digital
"Es un poco como el libro en la web,
como la TV en la web. Los contenidos viejos en los medios nuevos.
Existe la idea de la convergencia, que fue un fracaso comercial. Se
puede hacer un periódico on line, si se lo hace de una manera
diferente on line y en el papel, no se solamente volcar el contenido
textual del diario impreso en el diario on line, se necesita otro equipo de redacción, de diagramación, etc.
El mercado de los periódicos on line en la actualidad es un fracaso
comercial. El inicio tuvo mucho entusiasmo, vamos a tocar a los
jóvenes para traerlos al mercado, va ser más barato, vamos a
pedirles a los periodistas sus artículos con el mismo
salario para dos trabajos, y ver el periódico en la pantalla del
celular. Se necesita inventar nuevos usos para los periódicos y las
revistas on line. Hay que pensar en nuevos usos sociales que valgan
la pena, para eso se necesita presupuesto. Ahora no hay respuesta
para esto. Estando aquí, en la Argentina, yo visito la página de
mi periódico de Québec, para ver qué pasa allá, tengo acceso a eso
porque pagué para recibir todos los días el periódico, los que no
los pagan no lo reciben. La suscripción es buena para la economía
del periódico. Hay entonces una nueva economía para hacer posible el
periódico on line. En los primeros años hay una inversión que no les
reditúa nada. El problema con los
periodistas es otra cosa, por eso se va organizar el diario de
papel y otro tipo de información on line, con dos niveles. Un nivel
con noticias rápidas, que permita profundizar esas informaciones si
uno quiere. La televisión da poca información y poco análisis,
Internet puede dar acceso a temas más amplios con referencias a
hechos importantes, entonces si quieres una información más rica,
más profunda no la vas a tener en el show de la TV, la vas a tener
en la web. Hay que investigar cuales son las propiedades de la
información on line y eso se vende. Por ejemplo a mi me interesa
saber más sobre lo que pasa en Argentina en materia de tecnología
digital, para eso voy a Internet, y estoy dispuesto a pagar para
tener la información que necesito, y esto es positivo. Un
periodista que tiene que escribir un artículo sobre el río Paraná,
claro que puede ir a verlo, pero no va a tener mucha información, si
va a Internet obtendrá información de todo tipo, comercial de
turismo, de agua potable de la historia muy rápidamente".
Conciencia y avance tecnológico
"Hace 10.000 años en el neolítico, el
hombre de Cromagnon, el antecesor del ser humano poseía su
inteligencia, y ésta no cambió mucho. Incluso hay un poquito de
sorpresa eventualmente si se compara a George Walter Bush con el
hombre de Cromagnon, allí no hubo evolución. La población sufrió
una explosión demográfica en el siglo XX, hoy somos alrededor de
6.500 millones de habitantes. Los demógrafos dicen que con la
educación, la planificación sexual, la falta de apetito sexual el
crecimiento se va a limitar hasta 8.500 millones de habitantes.
Entonces la demografía la vamos a controlar. El poder tecnológico que tiene el ser humano no
cambió mucho hasta el siglo XIX, con la electricidad, la
industrialización, la ciencia subió mucho, y ahora con la
cibernética y lo digital se produjo una aceleración del poder
tecnológico del ser humano y no sabemos adonde va. En el campo de
las herramientas hay una ley que dice que cada 18 meses se dobla el
poder de una computadora, y estamos más y más en situación de alienación, en donde el nivel de conciencia no
crece y el poder que tiene el hombre en sus manos es cada vez más y
más grande. No tenemos la madurez para manejar, vivimos en una situación peligrosa, la tecnología de la
guerra, la biotecnología que manipula los códigos de la vida, la
contaminación. Este es para mí el gran problema. Lo digital es lo
que hace el poder tecnológico tan grande para el ser humano. Las ideas que tenemos sobre eso van
muy atrás. Hay una lógica tecnológica, pero la conciencia, la
madurez es mucho más lenta que el progreso tecnológico".
Sociólogo, escritor, artista y filósofo
Hervé Fischer es artista, filósofo,
sociólogo y escritor, nacido en París, Francia, en 1941, tiene doble
nacionalidad, francesa y canadiense. Egresó de la École Normale
Supérieure de Paris, dedicó su maestría a la filosofía política de
Spinoza, –bajo la dirección de Raymond Aron–, y su tesis de doctorado a la
sociología del color, en la Universidad de Québec. Durante
muchos años enseñó sociología de la cultura y de la comunicación en
la Sorbona (Maìtre de conférences en 1981) También en París fue
profesor de la Escuela Nacional Superior de Artes Decorativas
(1969-1980). Escribió numerosos artículos especializados, participó
en obras colectivas, dio conferencias sobre arte, ciencia y
tecnología, relacionadas con la sociedad. Paralelamente llevó
adelante una carrera como artista multimedia. Fundador del “Arte Sociológico”, en 1971, fue iniciador de
proyectos de participación popular con la radio, la prensa y la
televisión, en numerosos países de Europa y América latina, antes de
instalarse en Québec a comienzo de la década de 1980. “Hervé
Fischer es un pionero en muchas cosas. Su interesante sitio personal
http://www.hervefischer.ca/, no sólo brinda un
rico material de quien fuera considerado el “anti-Negroponte”
francés, sino también una exquisitez: haber distribuido en el 2000
uno de los primeros libros digitales completos aparecidos en línea:
Mitoanálisis del futuro”, señala Alejandro Piscitelli, profesor en filosofía, y
especialista en nuevas tecnologías de la información. Además de
su libro digital, Fischer publicó El choque digital, El Romanticismo numérico
(2002); y Los desafíos del cibermundo (2003), entre
otros. “En su último libro, CiberPrometeo, Fischer añade
a los GPS freudianos de Eros y Tanatos a Prometeo, imaginando un posible post-humanismo,
para inmediatamente sostener que lo numérico más que a una
omnipotencia nos lleva a una constatación de nuestra fragilidad”, cuenta Piscitelli, quien es gerente del portal Educ.ar. Fue
artista invitado del Pabellón francés en la Bienal de Venecia en
1976, invitado especial en la Bienal de São Paulo en 1981. Participó en Documenta 7 de Kassel en
1982. Realizó exposiciones personales en el Museo Galliéra en Paris
en 1974, en el I.C.C. de Anvers en 1975, en los Museos de Arte
Contemporáneo de São Paulo en 1976, de Montréal (retrospectiva) en
1981 y de México en 1983. En 1985, organizó la participación
franco-canadiense en el proyecto Marco Polo de novela telemática
francófona que incluyó a escritores de África, Europa y Canadá, con
el patronazgo del escritor Umberto Ecco. En 1987, fue co-autor y productor de
un cortometraje de 12 minutos de animación computarizada 3D, El
canto de las estrellas, en ocasión de la Cumbre francófona de
Québec, y, en 1988, ganó especialmente el primer premio Música Video
en la Competencia Internacional de Animación Computarizada del
National Computer Graphics Association de EE. UU. A partir de 1999,
volvió a la pintura sobre el tema de la edad numérica y realizó
exposiciones personales (Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos
Aires, 2003). Es co-fundador y co-presidente (1985), con Ginette
Major, de La Ciudad de las artes y las nuevas tecnologías de
Montréal: la exposición Imágenes del Futuro, el Café Electronico
(1995), la Competencia Internacional de animación por computadora -
Imágenes del Futuro (1986) y el Cibermundo (1995). Creó: en 1990 el
Festival Teleciencia, del que fue director general hasta 2002 y en
1993 el M.I.M. (Mercado Internacional del Multimedia). Es
co-fundador y presidente de Ciencia Para Todos, (agrupación de
organismos quebequeses de cultura científica y técnica) y de la
Federación Internacional de las Asociaciones de Multimedia (1997).
Es titular de la cátedra Daniel Langlois de tecnologías numéricas y
bellas artes de la Universidad Concordia de Montréal, responsable de
la concepción de un Médialab quebequés, Hexagram, en consorcio entre
las universidades Concordia y UQAM (2000-2002). Es miembro de varios
directorios, entre los cuales figuran la Sociedad de desarrollo de
Montréal (SDM). Miembro del WHO'S WHO in Executives and
Professionnals (Estados-Unidos). Recibió con Ginette Major el Premio
Leonardo Make Peace Tsao por su implicación en favor del arte y de
la ciencia (Estados Unidos, 1998), artista invitado en los
Encuentros Imágenes y Ciencia del CNRS (Francia). Caballero de las
Artes y las Letras y de la Orden Nacional del Mérito del gobierno
francés. Conservador de la exposición Cym@r de arte y tecnología de
Weimar, capital cultural de Europa en 1999. Publicó numerosos
artículos y libros sobre el arte y las comunicaciones,
especialmente: Arte et
comunicación marginal, Balland, 1974. Teoría del arte
sociólogico, Casterman, 1976. La Historia del arte ha
terminado, Balland, 1981. Ciudadanos-escultores,
Segedo, 1981. El pájaro-gato (sobre la identidad
quebequesa), La Presse, Montréal, 1983. ¿La Calle adónde llega? Arte y Ediciones,
Mexico, 1984. En 2000 publicó en Internet Mitoanálisis del
futuro (400 p., en http://www.hervefischer.ca/). En 2001, El
choque digital (400 p., VLB éditions). En 2002, El
romanticismo numérico (60 p., Fides et Musée de la
civilisation). En 2003, Los desafios de la edad numérica
(colectivo, P. U. L.) y CiberPrometeo, El instinto de poder
(ediciones vlb). Prepara también una vasta obra de teoría
sociológica del color: Colores y sociedades (a publicarse en
Editions Robert Laffont). Fischer habla y escribe en cuatro
idiomas: francés, alemán, inglés y español.
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